Luis Ramón
“Siempre me he inclinado a pensar bien de todo el mundo: evita muchos problemas”
“La intuición de una mujer es más precisa que la certeza de un hombre”
“El éxito y el fracaso son dos impostores. Hay que tratarlos con idéntica serenidad y con la misma indiferencia”
Rudyard Kipling
Escritor inglés, que nació en la India (1865-1936)
Nos recogieron a las 6 am para tomar nuestros vuelos. Lunch bag incluido. En el aeropuerto de Samui separan a los pasajeros con destino internacional para desde ahí hacer los trámites de migración. Muy buena idea.
Al llegar a Bangkok recibí una llamada de Eleazar Padilla, mi caddie por los últimos 10 años. Cometió un error en el Club y seguramente sería despedido. Estando a 14,000 kilómetros de distancia poco podía hacer. Pero hice todo lo que estuvo a mi alcance. Le marqué al director de golf y le escribí un correo al director general del club, pidiendo que no fuera tan severo el castigo. A mis compañeros de “foursome” les marqué pidiendo que enviaran también sus comentarios, para reforzar nuestra posición. Quise pensar que con tantos años de entrega y las referencias que dábamos de él, el club mostraría más compasión.
El vuelo a de Bangkok a Siem Reap fue en un bimotor y aun así Bangkok Airlanes nos dio comida caliente. El aeropuerto de Siem Reap parece también un aeropuerto de playa, chico, con techos semejantes a un templo budista y te da la bienvenida, con un letrero gigante: “Patrimonio de la humanidad, UNESCO”. El trámite de migración es corto y eficiente.
Ya estaba afuera quién sería nuestro guía. Un camboyano de 40 años, soltero, que mejoró su español en Colombia y de nombre “Thy”. Es curioso como casi todos los nombres camboyanos son de una sola sílaba. El hotel estaba a solo 10 minutos del aeropuerto. De hecho, se estaba construyendo un aeropuerto nuevo a 50 kilómetros de la ciudad con la excusa de que éste estaba muy cerca de las ruinas. Mi teoría conspiracionista es que hay otro motivo oculto, desde una posición estratégica militar hasta un evento de corrupción con el gobierno chino, quien realmente lo está financiando y construyendo. Sea la razón que sea, a partir del 2024, Siem Reap te recibirá más lejos. Y es bien sabido que cualquier adelanto en los medios de comunicación, mejora la situación de una región.
Antes de llegar al hotel paramos para sacar los boletos de los templos con el objetivo de evitar las largas colas de las mañanas. Además pedimos realizar más tarde una parada en una tienda de artesanías. Nos detuvimos en un almacén de arte de lujo. Esculturas antiguas en madera, bronce, plata y otros metales. Tapetes orientales, vestidos típicos, joyería con piedras preciosas de la región, que era atendido por inmigrantes de Cachemira, con todo el tipo de mezcla árabe y de la región india. Me mostraron la foto de su tío, el fundador del comercio, quien según ellos, se parecía mucho a mi. Me pareció que estaba siendo adulado para lograr venderme algo. A pesar de lo lindo que estaba todo, los precios eran exorbitantes por lo que pusimos las compras en “hold”.
Nos recogió Thy para ir a cenar y nos llevó al Chanrey Tree. Un restaurante frente al río entre árboles, -nos recordó el Café des Artistes, de Puerto Vallarta - muy bien atendido y con mejor comida. El pescado de río (Tonie Sap) y el pollo, buenísimos ambos. El mocktail -Shokkahak´s cooler, pepino, menta, jengibre fresco, jugo de limón y algo más - que nos dieron era el primero que tomábamos que no fuera una mezcla de jugos.
Después de cenar nos fuimos a la Pub Street, una calle con muchos bares y restaurantes, buen ambiente, muy bien iluminada y segura. Entre cada bar (son de dos pisos) había una sala de masajes. Mucha gente de todas edades, los que caminamos ya mayores, los jóvenes están sentados en sus mesas tomando. Parecería que, de todos lados, principalmente asiáticos, como era de esperarse. Caminamos rumbo al “Old Market”, que tenía muy poco que ofrecer. Ya de salida, un masajito, pero solo de pies y dado por la boca de decenas de pescaditos que cosquillean tus cutículas y entre los dedos. Finalmente fuimos a dormir, ya que el tour comenzaba a las 5 de la mañana para ver el amanecer.
El colchón de la cama tenía un cañón similar al del Colorado, así que no fue difícil estar listos a esa hora. Al encender el celular, recibí una pésima noticia de la oficina. Un proveedor chino que Diram introdujo a México, nos brincó y nos quitó una gran orden. Ahora tenía dos motivos para no sentirme bien. El potencial despido de Eleazar y ahora, saberme traicionado. Al igual que Kipling, prefiero ser una persona que piense bien de los demás. Y no me quedaba otra satisfacción que saber que siempre he actuado de esa manera. El éxito de hoy, puede ser el fracaso de mañana y viceversa, a ambos con el mismo trato e indiferencia. Es más fácil escribirlo que asumirlo, pero ya estaba del otro lado del mundo y con una maravilla por conocer, así que no hubo más opción que ver el vaso medio lleno.
A menos de 10 minutos se encontraba la entrada del templo de Angkor. Caminamos entre decenas de otros turistas tempraneros para alcanzar un lugar frente a la salida del sol, que, justamente sale atrás de la cúpula central del complejo. El templo estaba bordeado por un estanque que permite además ver su reflejo en él. Antiguamente se creía que había que rodear los templos de agua para dar una sensación de mayor cercanía al paraíso. El cielo se fue iluminando, pasando de una negrura absoluta, por un morado a lila, a un naranja pálido, con ese tono, más o menos a las 6 de la mañana, las chicharras también se despiertan y comienza una alarma peor que la de un irritante reloj despertador que suena justo cuando te acabas de volver a dormir.
Dedicado inicialmente al dios Vishnú, arquitectónicamente el templo combina la tipología hinduista como los templos de Tailandia. El templo consta de tres recintos rectangulares concéntricos de altura creciente, rodeados por un lago perimetral de 3.6 km de longitud y una anchura de 200 metros. En el recinto interior se elevan cinco torres en forma de loto, con la torre central alcanzando una altura de 42 metros sobre el santuario y 65 metros sobre el nivel del suelo.
La palabra Angkor viene del camboyano, Nokor, y a su vez de la voz sánscrita, Nagara, que significa “capital”, mientras que la palabra Wat es de origen jemer y se traduce como “templo”. Una mezcla que refleja el mestizaje que se ha dado siempre y en todas las geografías. Angkor Wat se ha convertido en un símbolo de Camboya, hasta el punto de figurar en la bandera de su país. El 14 de diciembre de 1992 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Según cuenta la leyenda, el rey quiso ubicar el templo en un lugar del agrado de los dioses, así que soltó un buey en la llanura y resolvió construir el templo allí donde se tumbase, similar al águila montada en un nopal, devorando la serpiente de los aztecas. Se comenzó a construir alrededor del 1,100 y según el gusto del rey en turno el templo era hinduista o budista, por lo que tiene parte de las dos.
No se conocen con certeza las razones por las que Angkor fue abandonada: una de las más probables fue la decadencia del imperio jemer, -en camboyano lo escriben como “khemer” - principalmente a causa de las incursiones mongolas del norte y siamesas del oeste. Otra es que el cambio a lugares más al delta y al Mar de China les dotaba de una mejor situación estratégica para el comercio y el intercambio marítimo, factor importante en una región donde el transporte por tierra prácticamente se interrumpía en la época de lluvias. Se argumenta también la posibilidad de epidemias o hambrunas que obligaron a la monarquía a mover su trono hacia el sur.
Me inclino a creer en que esta última fue la principal razón, ya que tal como lo explica Jared Diamond en su libro “Collapse”, la caída y destrucción a veces inexplicable de muchos imperios, se debe a un deterioro ambiental. Aún con la ayuda de elefantes, se requirieron cientos de árboles para mover la cantidad de piedras necesarias para construir esas moles de adoración en medio de la selva. Seguramente derribaron tantos que sufrieron ese colapso. En cualquier caso, Angkor fue abandonada en 1432. Si el tren Maya fuera a funcionar – cosa que dudo seriamente -, sería un caso similar.
En el templo te recibe Vishnu con sus 8 brazos cubierto con su túnica amarilla. Subimos todas las escaleras posibles, para darnos cuenta de que estábamos completamente rodeados de selva. A esa hora de la mañana el clima era fresco e ideal para realizar dichas caminatas y escalones. Al igual que en Chichen Itza o en Machu Picchu, dentro de muy poco seguramente serán cancelados los ascensos, por lo que decidimos aprovechar la oportunidad.
El complejo de Angkor es el complejo de templos más grande del planeta con más de 160 hectáreas inmersas en una densa selva de árboles de teca y plantas del trópico. El lugar está lleno de guías uniformados y turistas de todas las regiones del globo. Si pusieras un audífono, se escucharían idiomas y dialectos parecidos y otros completamente indescifrables. Como todos los templos y edificios de la antigüedad, originalmente estaba pintado de colores y no con el color sepia que se distingue hoy en día. A nuestro gusto, ese color combina mejor con los cientos de tonos verdes del paisaje alrededor. Y a diferencia de muchos, éstos aún conservan techos y cúpulas de piedra, que los hacen ver más impresionantes. Observamos por dentro las excelsas obras, no solo de arquitectura, sino de ingeniería, para colocar piedra sobre piedra y que 800 años después sigan en su lugar.
Nos llevaron en carro después al templo de Ta Prohm, conocido como “Raíces”, por las raíces, ramas, lianas y árboles e higueras completas que están creciendo alrededor y/o sobre paredes y techos y se han fusionado a lo largo de los siglos con los enormes bloques de piedra, creando una sensación de “ciudad olvidada”, de lo que en realidad no es un templo, sino la casa de la mamá del rey en turno de nombre Jayavarman IV. Me imagino que Kipling se inspiró en este lugar para escribir la parte de la ciudad perdida de el “Libro de la Selva”, que luego Disney recreó y en cada paso que doy, veo claramente al rey Loui, convenciendo a Mowgli que le revele el secreto de la flor de fuego. A Bagheera y a Baloo peleando entre las ruinas para rescatar al muchacho y a los monos saltando entre ellas. La naturaleza reclama lo que es suyo y que la humanidad solo puede tomar prestado por un tiempo. Allan Wiesman en su libro “The world without us”, detalla con precisión, cómo una vez que se queda sin humanos y su mantenimiento, el planeta recobra su forma original. Se tarda, y en algunos casos, mucho, pero ¿qué es mucho tiempo para la eternidad?
Regresamos a desayunar al hotel. No había prisa y estábamos sumamente cerca. Raramente no había buffet sino desayuno a la carta. el virus Covid-19 no ha permitido que Angkor recupere su turismo completo. Tomamos una siesta para recuperarnos un poco de madrugar, que valió la pena. Apreciar ese amanecer y ser testigo de la precisión con la que realizaban sus obras, la visión que debían tener para tardar de 50 a 80 años en terminarla y saber que querían desde el inicio. Faltando menos de 15 días para el solsticio de primavera, pudimos apreciar, como casi fuera el 22 de marzo (al parecer en estos lares es un día después), el sol salir exactamente sobre la cúpula principal. Quienes hayamos estado en la pirámide de Kukulcán, puede que nos asombré menos, o tal vez más, que en tan distantes lugares se encuentren logros similares, asombrándonos más.
La mañana continuó en un aburrido paseo en lancha en el canal que bordea a la ciudad amurallada de Angkor Thom. Al parecer a los camboyanos les divierte mucho y sobre todo cuando se van a casar. Después de la lanchita, entramos por la puerta de Chao Say, que tiene la dimensión exacta para que pase un elefante por ella. El puente está adornado con unos 20 budas de cada lado, que tienen una expresión de esfuerzo ya que están cargando la tensión de mantener el puente en alto. El templo principal de la ciudad es famoso por sus 216 gigantescas y enigmáticas caras de buda sonrientes mirando en todas direcciones y distribuidas entre 49 torres, y una por cada lado.
La “ciudad” tenía una extensión de 9 kilómetros cuadrados y en su apogeo más de 1 millón de habitantes, mucho más que cualquier ciudad europea de esa época. En el primer piso, se encuentra un grabado en piedra de la vida cotidiana de guerra de ese entonces. Guerreros jemer montados en elefantes, mercenarios chinos en caballos y los enemigos siameses a pie. Al igual que en los otros dos lugares, limpio y aún con posibilidad de subir a casi todos lados. Afuera y a un lado del templo, está lo que hoy sería un estadio o un hipódromo, donde jugaban al deporte o tenían sus carreras de moda en ese entonces. Un palco majestuoso para el rey y sus invitados corona el centro del lugar. Conocida como la terraza de los elefantes. Desde Ben-Hur a Anakin en Tatooine o los fanáticos en el Santiago Bernabéu se han recreado estadios similares.
Aun cuando Angkor Wat es portentosa y casi la razón de este viaje, para mí el lugar de las raíces fue el que más me gustó. Será por la memoria de Mowgli y de Baloo, mi película favorita de niño. Me pregunto, ¿Será que las vivencias infantiles nos marcan de por vida? Lo platicamos durante la comida, que fue más bien lenta y concluimos que sí.
Por la tarde nos llevaron a otro par de tiendas. Vendían los mismos artículos, pero se apreciaba a distancia que eran ligeramente de menor calidad. El precio bajaba también de manera lineal. Pero los dueños igualmente eran de Cachemira. Como si fuera un sindicato de la mafia arreglado.
De regreso al hotel tenía la esperanza de ver un correo agradable, aun cuando camine entre lugares majestuosos, la mente tenía un hilo atado a las dos noticias matutinas. Recibí el correo, Eleazar estaba despedido. Toda pérdida significa un duelo y habría que asimilarlo y trascenderlo. Un rato de alberca, y en cada vuelta recordé y agradecí las rondas de golf que compartí con él. Ya buscaría la manera de ayudarlo y agradecerle posteriormente. E intentar sacar de la cabeza los pensamientos tortuosos de la pérdida del proyecto de manera tan desleal.
Pedimos “room service” que sirvieron en la terraza. Mala idea, se metió al menos un zancudo, el cual fue implacable conmigo. Cuando me deshice de él, lo aplasté en la sábana explotando toda la roja sangre que había ingerido de mi frente y manos. En la frente dejó un pozo visible desde lejos.
A las 10 ya estábamos listos para nuestro recorrido matutino que sería en bicicleta. El recorrido era hacía las afueras de la ciudad, no importó que nos alejáramos para que siguieran las decenas de motos circulando a nuestro alrededor. Todos los tripulantes en chanclas y sin casco. Rara vez con un tripulante, en promedio tres y en ocasiones cinco. Llegamos a un mercado local, verdaderamente local. Venían llegando en sus motos los agricultores con sus cosechas de frutas desconocidas a intercambiarlas con los dueños, principalmente dueñas, de los puestos. Estaban sentadas en cuclillas con el coxis tocando el suelo, cortando pescados que todavía se movían, pelando aves recién degolladas, alejando moscas de las costillas de buey o simplemente acomodando frutas y exprimiendo jugos de las mismas.
No pudimos resistimos a unos jugos de una especie de mandarina, una piña cortada frente a nosotros y unos maracuyás. Ya nos esperaba una van que bajó 3 bicicletas nuevas de montaña y cascos. Entre calles de tierra que parecía más bien arena roja y a lado de pequeños sembradíos de arroz nos fuimos adentrando más. En los canales se veía pescadores con sus pantalones por encima de las rodillas, atrapando con las manos, más no pescando, peces atorados en el lodo. El camino rural estaba limpio, más no de motonetas que seguían rebasando por doquier. Estanquillos a los lados vendiendo refrescos y cervezas. Eventualmente cambió a un camino de concreto o asfalto que lo hizo un poco más sencillo. No me gusta andar en bicicleta ya que la posición de mi espalda no se siente cómoda. Por lo que pedalee lo más rápido posible para llegar al destino, un templo budista regional y auténtico.
Ya nos esperaba el monje responsable del templo para darnos la supuesta bendición. Antes, hubo que ofrecer un sobre con dinero. Igual que cuando pides a un sacerdote católico que bendiga tu casa. La ceremonia también fue parecida. Hincados, el monje comenzó a entonar unos himnos o cantos que ciertamente sonaban sagrados y a rociarnos de agua de vez en cuando. Supongo que algo decía y era oportuno el baño. Al igual que la religión católica, los monjes no se casan y viven de la caridad de los fieles, a cambio de esto oran por ti y los de altos rangos te dan bendiciones. El lugar de la oración tenía cientos de velas, olor a incienso, fotos del rey de Camboya, fotos del monje en cuestión saludando a personajes famosos y una estatua de buda dorada.
Por la noche fuimos a cenar al restaurante del Grand Hotel de Angkor, conocido como Raffles. Raffles fue un estadista británico que fundó para occidente Singapur. El tuk tuk de nuestro hotel, nos acompañó luego nuevamente a la Pub Street y al mercado nocturno. Nuevamente Siem Reap se hizo del rogar y no compramos nada. Una chica del mercado me ofrecía sus artesanías, le comenté que no quería nada. Me contesto: “Dame 2 dólares y te doy nada”, le di un dólar y compré media nada y unas buenas carcajadas de ambos.
El conserje del hotel mandó poner una colchoneta sobre nuestro combado colchón. Con las ventanas cerradas y sin insectos que estuvieran zumbando y picando en la noche pude dormir plácidamente. En la mañana Thy pasó por nosotros para llevarnos nuevamente al aeropuerto. Tuvimos que regresar el día anterior a recoger un artículo que habíamos olvidado en el avión. Afortunadamente el aeropuerto era pequeño, el personal honrado y lo entregaron en minutos, un proceso que en otros lugares habría tomado horas. Nuestro vuelo sería en Singapore Airlanes y por fin conoceríamos el servicio de las “chicas Singapore”, que fue muy bueno.
En el aeropuerto conocí a Andrés De Paz, un abogado valenciano retirado que se pasó tres semanas en Camboya. “Ya tengo tiempo para hacerlo”, me comentó. Casualmente durante nuestros recorridos en las ruinas y los ascensos en verticales escaleras, comentamos que es mejor conocer estos lugares, cuando todavía piernas y espalda responden y no esperar a “tener tiempo”. Andrés coincidió con el comentario. Coincidimos también en otros pensamientos similares, hablamos de fútbol, del intento independentista catalán, de los actuales gobiernos español y mexicano y de libros, principalmente de libros. Comenzaré a leer a Saramago, por recomendación de él.
Nos despedimos de Camboya en un cielo como los otros tres días, claro y templado. Pero contaminado, con un índice de calidad del aire de 155 similar al de Bangkok y el doble que el de Monterrey. Adopté la costumbre de irme con una especie de bufanda utilizada para taparse el frío y quitarse el calor. Un país que ha sido colonizado varias veces y por lo tanto rico en diferentes culturas. Con un patrimonio universal. Que apenas hace menos de 30 años se encontraba en guerra entre comunistas. Orgullosos de su pasado. Emparejándose con el presente y a paso lento rumbo al futuro. Las calles principales sin cables eléctricos, ni de fibra óptica. Tolerantes y todos con una sonrisa. Todos también en moto, sin casco y en chanclas. Me voy feliz de haber estado en esos templos en ruinas bien conservadas donde evoqué y me imaginé siendo Mowgli.
“I have always been inclined to think well of everyone: avoid many problems”
"A woman's intuition is more accurate than a man's certainty"
“Success and failure are two impostors. They must be treated with the same serenity and with the same indifference."
Rudyard Kipling
English writer, who was born in India (1865-1936)
They picked us up at 6 am to catch our flights. Lunch bag included. At the Samui airport, they separate passengers from international destinations to carry out the migration procedures from there. Very good idea.
Upon arriving in Bangkok I received a call from Eleazar Padilla, my caddy for the last 10 years. He made a mistake at the Club and would surely be fired. Being 14,000 kilometers away, there was little he could do. But I did everything in my power. I called the golf director and wrote an email to the general manager of the club, asking that the punishment not be so severe. I marked my foursome colleagues asking them to send their comments as well, to reinforce our position. I wanted to think that with so many years of dedication and the references we gave him, the club would show more compassion.
The flight from Bangkok to Siem Reap was on a twin engine and yet Bangkok Airlanes gave us hot food. Siem Reap airport also looks like a beach airport, small, with roofs similar to a Buddhist temple, and welcomes you with a giant sign: "World Heritage Site, UNESCO". The migration process is short and efficient.
It was already outside who would be our guide. A 40-year-old Cambodian, single, who improved his Spanish in Colombia and named "Thy". It's funny how almost all Cambodian names are one syllable. The hotel was only 10 minutes from the airport. In fact, a new airport was being built 50 kilometers from the city with the excuse that it was very close to the ruins. My conspiracy theory is that there is another ulterior motive, from a strategic military position to a corruption event with the Chinese government, who is actually funding and building it. Whatever the reason, from 2024 Siem Reap will welcome you further afield. And it is well known that any advance in the media improves the situation of a region.
Before arriving at the hotel we stopped to get the tickets from the temples in order to avoid the long queues in the morning. We also ask to make a stop at a craft store later. We stopped at a fancy art store. Ancient sculptures in wood, bronze, silver and other metals. Oriental rugs, typical dresses, jewelry with precious stones from the region, which was attended by immigrants from Kashmir, with all kinds of Arab and Indian region mix. They showed me the photo of his uncle, the founder of the business, who according to them looked a lot like me. It seemed to me that he was being flattered to sell me something. Despite how nice everything was, the prices were exorbitant so we put the purchases on "hold".
Thy picked us up for dinner and took us to the Chanrey Tree. A restaurant facing the river between trees, -it reminded us of the Café des Artistes, in Puerto Vallarta- very well attended and with better food. The river fish (Tonie Sap) and the chicken, both very good. The mocktail -Shokkahak's cooler, cucumber, mint, fresh ginger, lemon juice and something else - that they gave us was the first one we had that was not a mixture of juices.
After dinner we went to Pub Street, a street with many bars and restaurants, a good atmosphere, very well lit and safe. Between each bar (they are on two floors) there was a massage room. A lot of people of all ages, those of us who are older, the young people are sitting at their tables drinking. It would seem, from everywhere, mainly Asian, as expected. We walked towards the "Old Market", which had very little to offer. On the way out, a little massage, but only for the feet and given by the mouth of dozens of little fish that tickle your cuticles and between your fingers. Finally we went to sleep, since the tour began at 5 in the morning to see the sunrise.
The mattress on the bed had a barrel similar to the one on the Colorado, so it wasn't hard to get ready at that hour. When I turned on the cell phone, I received bad news from the office. A Chinese supplier that Diram introduced to Mexico jumped on us and took a large order from us. Now I had two reasons for not feeling well. Eleazar's potential dismissal and now, knowing I've been betrayed. Like Kipling, I prefer to be a person who thinks well of others. And I had no other satisfaction than knowing that I have always acted that way. Today's success can be tomorrow's failure and vice versa, to both with the same treatment and indifference. It is easier to write it than to assume it, but I was already on the other side of the world and with a wonder to discover, so there was no other option than to see the glass half full.
Less than 10 minutes away was the entrance to the Angkor temple. We walk among dozens of other early tourists to reach a place in front of the sunrise, which, just behind the central dome of the complex. The temple was bordered by a pond that also allows you to see your reflection in it. Formerly it was believed that you had to surround the water temples to give a feeling of closer proximity to paradise. The sky was lighting up, going from absolute blackness, to purple to lilac, to a pale orange, with that tone, more or less at 6 in the morning, the cicadas also wake up and an alarm worse than that of an irritating alarm clock that goes off just as you've just gone back to sleep.
Initially dedicated to the god Vishnu, architecturally the temple combines the Hindu typology like the temples of Thailand. The temple consists of three concentric rectangular enclosures of increasing height, surrounded by a perimeter lake 3.6 km long and 200 meters wide. In the inner enclosure rise five lotus-shaped towers, with the central tower reaching a height of 42 meters above the sanctum and 65 meters above ground level.
The word Angkor comes from the Cambodian, Nokor, and in turn from the Sanskrit word, Nagara, which means "capital", while the word Wat is of Khmer origin and translates as "temple". A mixture that reflects the miscegenation that has always occurred and in all geographies. Angkor Wat has become a symbol of Cambodia, to the point of appearing on the flag of his country. On December 14, 1992, it was declared a World Heritage Site by Unesco.
According to the legend, the king wanted to locate the temple in a place that the gods liked, so he released an ox on the plain and decided to build the temple where it lay, similar to an eagle mounted on a nopal cactus, devouring the serpent of the Aztecs. Construction began around 1,100 and according to the taste of the king in turn, the temple was Hindu or Buddhist, so it has part of both.
The reasons why Angkor was abandoned are not known with certainty: one of the most likely was the decline of the Khmer empire, -in Cambodia they write it as “khemer” - mainly due to Mongol incursions from the north and Siamese from the west . Another is that the change to places further to the delta and to the China Sea gave them a better strategic situation for trade and maritime exchange, an important factor in a region where land transport practically stopped during the rainy season. The possibility of epidemics or famines that forced the monarchy to move its throne to the south is also argued.
I am inclined to believe that the latter was the main reason, since as Jared Diamond explains in his book "Collapse", the sometimes inexplicable fall and destruction of many empires is due to environmental deterioration. Even with the help of elephants, hundreds of trees were required to move the amount of stones necessary to build those masses of worship in the middle of the jungle. Surely they shot down so many that they suffered that collapse. In any case, Angkor was abandoned in 1432. If the Mayan train were to work - which I seriously doubt - it would be a similar case.
In the temple Vishnu receives you with his 8 arms covered with his yellow robe. We climbed all the possible stairs, to realize that we were completely surrounded by jungle. At that time of the morning the weather was cool and ideal for such walks and steps. As in Chichen Itza or Machu Picchu, the ascents will surely be canceled very soon, so we decided to take advantage of the opportunity.
The Angkor complex is the largest temple complex on the planet with more than 160 hectares immersed in a dense jungle of teak trees and tropical plants. The place is full of uniformed guides and tourists from all regions of the globe. If you were to put a headset on, you would hear similar languages and dialects and others completely indecipherable. Like all ancient temples and buildings, it was originally painted in colors and not the sepia color that is distinguished today. To our liking, that color blends best with the hundreds of shades of green in the surrounding landscape. And unlike many, these still have stone ceilings and domes, which make them look even more impressive. We observe inside the excellent works, not only of architecture, but of engineering, to place stone on stone and that 800 years later are still in place.
We were then taken by car to the Ta Prohm temple, known as “Roots”, for the roots, branches, lianas and trees and entire fig trees that are growing around and/or on walls and roofs and have merged together over the centuries. with the huge stone blocks, creating a sensation of a "forgotten city", of what is not really a temple, but the house of the mother of the king in turn called Jayavarman IV. I imagine that Kipling was inspired by this place to write the part of the lost city of the "Jungle Book", which Disney later recreated and with each step I take, I clearly see King Loui, convincing Mowgli to reveal the secret of the fire flower Bagheera and Baloo fighting through the ruins to rescue the boy and the monkeys jumping between them. Nature reclaims what is hers and what humanity can only borrow for so long. Allan Wiesman in his book "The world without us" precisely details how once it runs out of humans and their maintenance, the planet recovers its original shape. It takes, and in some cases, a long time, but what is a long time for eternity?
We return to the hotel for breakfast. There was no rush and we were extremely close. There was rarely no buffet but a la carte breakfast. the Covid-19 virus has not allowed Angkor to recover its full tourism. We took a nap to recover from getting up early, which was worth it. Appreciating that dawn and witnessing the precision with which they carried out their works, the vision they had to have to take 50 to 80 years to finish it and knowing what they wanted from the beginning. With less than 15 days to go before the spring solstice, we were able to appreciate, as it was almost March 22 (apparently in these parts it is a day later), the sun rising exactly over the main dome. Those of us who have been in the Kukulcán pyramid may have been less surprised, or perhaps more, that similar achievements are found in such distant places, surprising us more.
The morning continued with a boring boat ride on the canal that borders the walled city of Angkor Thom. Apparently Cambodians have a lot of fun and especially when they are getting married. After the small boat, we enter through the Chao Say gate, which has the exact dimension for an elephant to pass through. The bridge is adorned with about 20 Buddhas on each side, which have an expression of effort as they are carrying the tension of keeping the bridge up. The main temple of the city is famous for its 216 gigantic and enigmatic smiling Buddha faces looking in all directions and distributed among 49 towers, and one on each side.
The “city” had an extension of 9 square kilometers and at its height more than 1 million inhabitants, much more than any European city of that time. On the first floor, there is a stone engraving of everyday war life at that time. Khmer warriors mounted on elephants, Chinese mercenaries on horses, and Siamese enemies on foot. As in the other two places, clean and still with the possibility of going up almost everywhere. Outside and to one side of the temple, there is what today would be a stadium or a hippodrome, where they played sports or had their fashionable races at that time. A majestic box for the king and his guests crowns the center of the place. Known as the terrace of the elephants. From Ben-Hur to Anakin on Tatooine or the fans at the Santiago Bernabéu, similar stadiums have been recreated.
Even though Angkor Wat is marvelous and almost the reason for this trip, for me the place of the roots was the one I liked the most. It will be for the memory of Mowgli and Baloo, my favorite movie as a child. I wonder, could it be that childhood experiences mark us for life? We talked about it during the meal, which was rather slow, and we concluded that it was.
In the afternoon they took us to another couple of stores. They were selling the same items, but you could tell from a distance that they were slightly lower quality. The price also decreased linearly. But the owners were also from Kashmir. Like it's a rigged mafia syndicate.
Back at the hotel, I was hoping to see a nice post, even when walking among majestic places, my mind had a thread tied to the two morning news. I got the email, Eleazar was fired. Any loss means a duel and should be assimilated and transcended. A while in the pool, and at each turn I remembered and appreciated the rounds of golf that I shared with him. I would look for a way to help him and thank him later. And try to get out of your head the tortuous thoughts of losing the project in such an unfair way.
We asked for "room service" which was served on the terrace. Bad idea, at least one mosquito got in, which was implacable with me. When I got rid of it, I crushed it on the sheet, exploding all the red blood I had ingested from my forehead and hands. On the forehead it left a well visible from afar.
At 10 we were ready for our morning tour, which would be by bike. The route was to the outskirts of the city, it did not matter that we moved away so that the dozens of motorcycles circulating around us continued. All crew members in flip-flops and without a helmet. Rarely with a crew member, on average three and sometimes five. We arrive at a local market, truly local. Farmers with their unknown fruit crops came arriving on their motorcycles to exchange them with the owners, mainly women, of the stalls. They were squatting with their tailbones touching the ground, cutting up fish that were still moving, skinning freshly slaughtered birds, removing flies from beef ribs, or simply arranging fruit and squeezing juices from them.
We couldn't resist some kind of tangerine juices, a pineapple cut in front of us and some passion fruit. A van was already waiting for us that brought down 3 new mountain bikes and helmets. Between dirt streets that looked more like red sand and next to small rice fields we went deeper. In the canals fishermen could be seen with their pants above the knees, catching with their hands, but not fishing, fish stuck in the mud. The rural road was clean, but not from scooters that kept passing everywhere. Stalls on the sides selling soft drinks and beers. Eventually it changed to a concrete or asphalt path which made it a bit easier. I don't like to ride a bike as the position of my back is not comfortable. So pedal as fast as possible to reach your destination, an authentic regional Buddhist temple.
The monk in charge of the temple was already waiting for us to give us the supposed blessing. Before, an envelope with money had to be offered. Just like when you ask a Catholic priest to bless your house. The ceremony was also similar. Kneeling down, the monk began to sing some hymns or chants that certainly sounded sacred and to sprinkle us with water from time to time. I guess something said and the bathroom was appropriate. Like the Catholic religion, monks do not marry and live on the charity of the faithful, in exchange for this they pray for you and those of high ranks give you blessings. The place of prayer had hundreds of candles, the smell of incense, photos of the King of Cambodia, photos of the monk in question greeting famous people, and a golden Buddha statue.
In the evening we went to dinner at the restaurant of the Grand Hotel in Angkor, known as Raffles. Raffles was a British statesman who founded Singapore for the West. The tuk tuk from our hotel then escorted us back to Pub Street and the night market. Again Siem Reap was made to beg and we did not buy anything. A girl from the market offered me her handicrafts, I told her that she didn't want anything. She answered me: "Give me 2 dollars and I'll give you nothing", I gave her a dollar and bought half nothing and a good laugh from both of us.
The hotel concierge had a mat put on our sagging mattress. With the windows closed and no insects buzzing and biting at night I was able to sleep peacefully. In the morning Thy picked us up to take us back to the airport. We had to go back the day before to pick up an item we had forgotten on the plane. Fortunately the airport was small, the staff honest, and they delivered it in minutes, a process that elsewhere would have taken hours. Our flight would be with Singapore Airlanes and we would finally get to know the service of the "Singapore girls", which was very good.
At the airport I met Andrés De Paz, a retired Valencian lawyer who had spent three weeks in Cambodia. “I already have time to do it”, he commented to me. Coincidentally, during our tours of the ruins and the ascents on vertical stairs, we commented that it is better to know these places, when legs and back still respond and not wait to "have time". Andrés agreed with the comment. We also agree on other similar thoughts, we talk about soccer, the Catalan independence attempt, the current Spanish and Mexican governments and books, mainly books. I will start reading Saramago, on his recommendation.
We said goodbye to Cambodia in a sky like the other three days, clear and temperate. But polluted, with an air quality index of 155 similar to that of Bangkok and double that of Monterrey. I adopted the habit of leaving with a kind of scarf used to cover the cold and take off the heat. A country that has been colonized several times and therefore rich in different cultures. With a universal heritage. That barely less than 30 years ago there was a war between communists. Proud of their past. Pairing with the present and slowly heading towards the future. The main streets without electric cables or fiber optics. Tolerant and all with a smile. Everyone also on a motorcycle, without a helmet and in flip flops. I leave happy to have been in those well-preserved ruined temples where I evoked and imagined myself as Mowgli.