Luis Ramón
“Una nación es grande, no solo por su tamaño. Es por la voluntad, la cohesión, la estamina, la disciplina de su gente y la calidad de sus líderes que le aseguran un honroso lugar en la historia”
“Si quieres derrotar la corrupción debes estar listo para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares”
“Si yo fuera la autoridad indefinida en Singapur, sin tener que preguntarles a aquellos que gobierno si le parece lo que estoy haciendo, entonces, no tengo la menor duda que podría gobernar mucho más efectivamente en sus intereses”
Lee Kuan Yew
Político de Singapur y su primer jefe de gobierno
(1923-2015)
No sabía mucho de Singapur, había escuchado rumores de que todo era orden, incluso estuvo prohibido mascar chicle, con penas grandes por hacerlo. Pero lo que observé y viví esos tres días superó cualquier punto de imaginación de una nación ordenada y que se haya superado en tan poco tiempo.
Como comenté el servicio de Singapore Airlanes fue de maravilla, aún en el asiento 34C. Siendo la aerolínea del país, se esforzaron en que desde allí comenzará la experiencia. El aeropuerto de Changi, posiblemente el mejor aeropuerto del mundo recibe cerca de 70 millones de pasajeros. Muchas reseñas de youtube explican cómo disfrutar hasta 24 horas sin aburrirte. El trámite de migración se hace de forma digital, donde te entregan un QR que sirve para entrar al casino, entre otras cosas.
Verne se imaginó en 1870 a Phileas Fogg llegando a Singapur “en un caprichoso carruaje tirado por elegantes caballos en una avenida llena de palmeras y plantas productoras de clavo. Atravesaron grandes macizos de helechos de soberbio ramaje y árboles de moscada que saturaban el ambiente con penetrantes aromas. Monos gesticuladores y hermosos tigres adornaban los bosques tropicales de la isla. La isla de Singapur es pequeña, carece de montañas, pero es muy bonita”. Actualmente la escenografía no es muy distinta, pero si diferente. El camino hacia el Ritz Carlton es una avenida de 4 carriles de cada lado en medio de una vistosa vegetación que parece recibir manicura de lo cuidada que se encuentra. Tanto el aeropuerto como la carretera están en un área que hace 40 años era todavía mar. Venimos de una escenografía de cables y motos en Tailandia y Camboya a una de pulcritud sin motos, con pocos carros y todos ellos eléctricos.
A la izquierda se encuentra la bahía que luce infestada de buques cargueros. “Location, location, location” dicen los conocedores de bienes raíces sobre las tres principales características de un lugar. Pues Singapur tiene las tres. Singapur es el segundo puerto de carga más grande del mundo. Todo el comercio que viaja de Europa a China y viceversa, tiene que pasar por ese punto estratégico en la punta de la península malaya en el estrecho de Malaca. Recordé a mi compadre Jorge, como trader de cemento en sus años por el sudeste asiático.
Llegamos a la isla por un highway elevado. El Ritz Carlton se encuentra perfectamente bien ubicado en la punta de la bahía con vistas al Marina Bay Sands por un lado y al club de golf -que está iluminado por las noches- y a la zona de pits de la pista de Fórmula Uno. Me ofrecieron una habitación de fumar en el piso 24 y aunque dudé en elegirla, la tomé. La habitación era soberbia. Tenía un amplió escritorio moderno con una vista fenomenal, donde escribí parte de estas reseñas del viaje.
Eran cerca de las cinco de la tarde, la temperatura estaba templada, la calidad del aire buena (un índice de 40) y el mapa que nos entregó el conserje mostraba una ruta de footing que no dude en hacer. Una carrerita alrededor de la bahía que inspira a cualquiera. Algunos deportistas al igual que yo, corriendo a esa hora, cientos de turistas entrando y saliendo del mall y otros tantos tomándose fotografías con el Merlion del otro lado de la misma. No había encontrado espacio para salir a correr en Bangkok, ni en Siem Reap; en cambio en Singapur se cuenta con numerosos parques para este propósito.
Los restaurantes que nos había sugerido mi amigo Leandro estaban “fullybooked” todo el mes de marzo, además fuera de presupuesto. No nos importan mucho las estrellas Michelin, así que, el conserje nos reservó en el Imperial Palace afuera del Casino. Pese a ser menos de 10 minutos entre el hotel y el centro comercial cruzando el puente conocido como “Helix”, el conserje nos sugirió ir en taxi. Al parecer a los singapurenses las distancias se les hacen más largas. Un centro comercial de 3 pisos. Lo caminamos con la boca abierta. Si en los otros lugares había tiendas de lujo, aquí era el extremo. Cruzamos hasta llegar a la bahía y observamos el espectáculo de luces con sonido que se ofrece entre las tiendas de LV y Apple que se encuentran flotando en las esquinas del mall. Luces y láseres bailan al ritmo de la música que escuchamos como de los piratas del caribe, un espectáculo de Las Vegas. Se pronosticaban lluvias que afortunadamente no llegaron y permitieron un lucimiento formidable.
El restaurante resultó ser uno de comida china, china de verdad. Con mesas redondas, un menú inmenso con fotografías de todos los platillos y todos éstos con el animal mostrándose pleno. A nuestro alrededor, todos chinos. El gobierno cobra 150 dólares a los residentes de Singapur para entrar. Con esto evitan que la población local caiga en el vicio del juego. Todos los turistas son bienvenidos, con pasaporte desde luego. No jugamos esa noche. Regresamos caminando como si nada.
Por la mañana, nuevamente a correr por la bahía a un ritmo un poco más acelerado. Un rato al gimnasio que estaba lleno y a desayunar en un amplio buffet. A las 9 en punto, ya nos esperaba Mark, quien sería nuestro guía para ese día. Un singapurense de tres generaciones, con ascendencia china. La minivan la conducía otro local de ascendencia india que tenía la camioneta disfrazada del Manchester United. “No me puede decir nada” me decía en un español mocho, después de la vergonzosa derrota de 7-0 ante el Liverpool. En el transcurso hacía el jardín botánico, Mark comenzó a enunciar las muchas razones por las que Singapur se ha convertido en lo que es en menos de 50 años.
Primero que nada, explicar la razón por la que fue separado de Malasia. Singapur toleraba a las tres religiones de sus habitantes, mientras que el gobierno malayo exigía una obediencia a la religión musulmana. Lee Kuan Yew, lo tenía claro, tenía que ser un gobierno tolerante, educado, sin corrupción y con apertura al comercio e inversión extranjera.
Se cambió el idioma oficial a inglés. Por lo que a partir de entonces, no importa si eras malayo, chino o indio (las tres principales razas), tenías que hablar inglés. Esto promovió la tolerancia y evitó muchos conflictos. Hoy conviven musulmanes, budistas e hinduistas como si nada y comprobamos que los niños de las primarias van tomados de la mano, escuchando a su maestra hablando inglés. En la mezquita del Sultán hay un anuncio deseando “Merry Christmas”. Los discursos son siempre buscando la tolerancia y la inclusión de todos. ¡Igual que la 4T!
Estableció e impuso castigos severos para quienes no cumplieran la ley. Tirar un papel o realizar un graffiti te hacía acreedor a una multa 300 USD y si reincides, además eras obligado a barrer las calles con un uniforme vistoso. Con mano dura, latigazos e incluso pena de muerte a traficantes de drogas. Más severos aún para los funcionarios públicos. Algunos de ellos prefirieron el suicidio cuando fueron atrapados. Al mismo tiempo y en contra peso, se otorgaron sueldos sumamente altos. Un ministro gana poco más de millón y medio de dólares al año y legalmente más que el Presidente de Estados Unidos. Para ser miembro del gobierno o el partido, es imprescindible estar sumamente preparado para la función. De hecho el gobierno selecciona a los mejores estudiantes y los invita a participar, pero siempre basado en mérito. ¡Igual que la 4T!
Abrió las puertas al comercio internacional e invitó a toda la inversión extranjera. Invirtió en puertos y aeropuertos, redujo los aranceles, instaló parques industriales para la llegada de fábricas, promovió reglas claras para la propiedad privada. Hoy Singapur es la “Suiza de Asia”y el centro bancario del continente; el segundo puerto con más tráfico del mundo y sigue atrayendo inversión con sus 5 millones de habitantes en un espacio de más o menos 45 kilómetros x 25 kilómetros de área y sin ningún recurso natural. Hasta el agua es importada. ¡Igual que la 4T!
No puedo dejar de sentir envidia por cómo pasaron de ser un país tercermundista a uno de primer mundo en menos de 40 años. Claramente se necesitó un líder con mano dura, pero sobre todo un estadista con una clara visión de futuro y dirigido a la modernidad. Mi sueño del dictador perfecto parece que sí puede ser realidad. ¿Cuánto tiempo y oportunidades hemos desperdiciado como mexicanos para dar ese gran paso?
El recorrido entre orquídeas fue hermoso. El jardín estaba meticulosamente arreglado por un desfile de jardineros, que más bien parecen estilistas de una estética francesa. Había una terraza con árboles en honor a los visitantes distinguidos como presidentes, ministros y primeras damas, quienes tienen un árbol con su nombre. Por si fuera poco, un invernadero con temperatura y humedad controlada para mantener orquídeas injertadas, cinco pétalos de la original y uno más del injerto, éste siempre mayor y moteado.
Luego fuimos al barrio turco. En broma, Mark nos comentó que también hay un “Little Mexico”, con un par de cantinas con murales de dioses mayas y aztecas revueltos, siendo los primeros bares de la zona. Un barrio que nos comenta que por la noche se torna animado. En las calles se encuentran bares y cafés turcos, que por la mañana se dedican a vender dulces árabes típicos. En medio de la zona está la mezquita del antiguo Sultán que regía el puerto de Singapur antes de la colonización inglesa. Sigue en operación.
Luego a tomar la tradicional foto con el “Merlion”. Una escultura con cuerpo de sirena y cara de león. Según cuenta la leyenda uno de los fundadores al llegar confundió a un tigre que salía de alguno de los estanques de la bahía con un león y desde entonces es el símbolo de Singapur. La estatua tira un chorro de agua, donde todos los turistas intentan hacer el “photoshoot” donde parece que están tomando el agua del chorro. La escultura es chica en comparación a la magnitud de Singapur y parecería más bien, como ir a tomar la foto con el Manekin Pis en Bruselas.
De camino a nuestra siguiente parada que sería el barrio chino, nos comentó que el gobierno busca limitar el uso de automóviles, pese a que la mayoría son eléctricos, ya que se intenta mejorar la calidad del aire y principalmente evitar las aglomeraciones de tráfico. Para esto se impone una verdadera tenencia de 100 a 150,000 dólares como impuesto para adquirir un carro, más el valor del mismo. Además las calles que sufren mayores embotellamientos tienen la posibilidad de hacer cobros extra si decides circular por ellas. La mayoría usa el transporte público que es muy bueno y opta por rodear las avenidas con tarifas extras. Así parece que la ciudad no tiene muchos carros.
Este templo chino muestra en su entrada guerreros protectores con los símbolos zodiacales del año chino. En lo que sería para los cristianos la iglesia, se estaba efectuando justamente una ceremonia real. Aproximadamente diez monjes budistas entonaban himnos con los coros entonados por los fieles, todas mujeres vestidas de negro. Tenían un libro pequeño que supongo era la letra del canto. Al salir del templo, como en todos, había un puesto de venta de frutas, inciensos y otras ofrendas para los dioses. Estas oportunidades de negocio nunca se desaprovechan.
Con esto terminaba el tour histórico cultural de Singapur. Nos dejaron en el Ritz Carlton y fuimos directo a comer al Bay Sands. Aunque pareciera increíble, en el “food court” no había un solo restaurante que no vendiera comida oriental. Nos paramos en el salón de té y preferimos llevar a cabo la tradición de unos sándwiches y té.
A fin de cuentas Singapur también está formado por occidentales. En los recorridos, vimos que estaban presentando la obra de Broadway, Frozen en el teatro del centro por un tiempo limitado y único lugar en Asia. Decidimos comprar los boletos para verla al día siguiente.
Por la mañana decidí cambiar de ruta y tomar la del circuito original de F1. No iba a la velocidad de Checo, ni me venía persiguiendo Verstappen, pero sentía una sensación distinta ir en el centro de la pista del circuito callejero y que se corre de noche. La zona de pits da justo frente al campo de golf y para el circuito del 2023, retiraron 4 curvas, casi en ángulo recto, que están frente al hotel y que ya tienen unas tribunas instaladas para darle mayor velocidad a la carrera.
Llegamos puntuales al teatro que estaba repleto de padres treintañeros con una hijas de entre dos y cinco años, muchas de ellas disfrazadas de alguna de las dos princesas de la obra. No había niños, solo niñas. Pero tampoco había adultos, salvo los padres de las niñas, los que atendían el teatro y nosotros dos. Era una gozada ver la cara de admiración de los niños que en todo momento creían estar viendo a la princesa en persona.
No cenamos, ya que solo pedimos sándwiches dentro del teatro, mientras comentamos lo difícil que debe ser la profesión de un actor de teatro. Actúan, bailan, cantan y cantan y bailan bien, y siguen siendo unos perfectos desconocidos. Aún las estrellas de la obra, imagina ahora, el bailarín de coro que sale hasta atrás. Pero como muchas de estas carreras, la vocación es mayor.
Por la mañana tomamos un taxi que nos llevó a la terminal 4, que es una obra reciente. Un orgulloso singapurense, nos comentó que para ser taxista tienes que ser originario de Singapur. A diferencia del resto del mundo, donde el taxista es generalmente un inmigrante de Pakistán, Bangladesh, Angola, Malí o Bolivia, por poner algunos ejemplos. Pasamos por el complejo de edificios de departamentos donde él vive, y con el mismo orgullo nos comentó que el gobierno otorga un préstamo a 99 años para que todos tengan su propia casa. La propiedad privada, fomenta el cuidado del edificio, y aún los que tienen 30 años, se ven impecables. Está orgulloso de su gobierno, acepta que en esta época sería más difícil implementar las mismas reformas o con el mismo rigor que Lee lo implementó hace 60 años. Hoy el ministro es un hijo o desciende del original y mantiene la misma visión de estado. Un estado ejemplar de primer mundo.
Nos despedimos de un lugar que contrasta con sus alrededores. Ordenado, tolerante, visionario, rígido, limpio, pujante y espectacular. Un estado que envidio y sueño para México. Entiendo que en un lugar tan pequeño y con menos de 6 millones de personas, es más fácil imponer esos cambios, pero eso no significa que no se pueda, si se quiere. Un lugar al que fácilmente puedes regresar.
¡Rumbo a nuestra última parada: Ho Chi Min!
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“A nation is great, not only because of its size. It is because of the will, the cohesion, the stamina, the discipline of its people and the quality of its leaders that ensure an honorable place in history”
“If you want to defeat corruption you must be ready to send your friends and family to jail”
“If I were the indefinite authority in Singapore, without having to ask those I govern if they like what I am doing, then I have no doubt that I could govern much more effectively in their interests.”
Lee Kuan Yew
Singaporean politician and its first head of government
(1923-2015)
He didn't know much about Singapore, he had heard rumors that everything was in order, it was even forbidden to chew gum, with heavy penalties for doing so. But what I observed and lived those three days surpassed any point of imagination of an orderly nation and that has been surpassed in such a short time.
As I mentioned, the Singapore Airlanes service was great, even in seat 34C. Being the country's airline, they made an effort that the experience begin from there. Changi Airport, possibly the best airport in the world receives about 70 million passengers. Many youtube reviews explain how to enjoy up to 24 hours without getting bored. The migration process is done digitally, where they give you a QR that is used to enter the casino, among other things.
Verne imagined in 1870 Phileas Fogg arriving in Singapore “in a whimsical carriage drawn by elegant horses in an avenue lined with palm trees and clove plants. They passed through large clumps of superbly branched ferns and nutmeg trees that saturated the air with penetrating aromas. Gesturing monkeys and beautiful tigers graced the tropical forests of the island. The island of Singapore is small, it lacks mountains, but it is very beautiful”. Currently the scenery is not very different, but different. The road to the Ritz Carlton is an avenue with 4 lanes on each side in the middle of a showy vegetation that seems to receive a manicure from how well-kept it is. Both the airport and the highway are in an area that 40 years ago was still sea. We come from a scenery of cables and motorcycles in Thailand and Cambodia to one of neatness without motorcycles, with few cars and all of them electric.
To the left is the bay that looks infested with cargo ships. “Location, location, location” say real estate connoisseurs about the three main characteristics of a place. Well, Singapore has all three. Singapore is the second largest cargo port in the world. All trade that travels from Europe to China and vice versa, has to go through that strategic point at the tip of the Malay peninsula in the Strait of Malacca. I remembered my compadre Jorge, as a cement trader in his years in Southeast Asia.
We reached the island by an elevated highway. The Ritz Carlton is perfectly positioned at the tip of the bay with views of the Marina Bay Sands on one side and the golf club - which is lit up at night - and the pit area of the Formula One track. a smoking room on the 24th floor and although I was hesitant to choose it, I took it. The room was superb. I had a large modern desk with a phenomenal view, where I wrote part of these travel reviews.
It was around five in the afternoon, the temperature was mild, the air quality good (an index of 40) and the map that the concierge gave us showed a jogging route that I didn't hesitate to do. A little race around the bay that inspires anyone. Some athletes like me, running at that time, hundreds of tourists going in and out of the mall and many others taking pictures with the Merlion on the other side of it. I had not found space to run in Bangkok, nor in Siem Reap; On the other hand, in Singapore there are numerous parks for this purpose.
The restaurants that my friend Leandro had suggested to us were “fullybooked” for the entire month of March, also out of budget. We don't care much for Michelin stars, so, the concierge booked us into the Imperial Palace outside the Casino. Despite being less than 10 minutes between the hotel and the shopping center, crossing the bridge known as “Helix”, the concierge suggested that we take a taxi. Distances seem to be longer for Singaporeans. A 3 story mall. We walked it with our mouths open. If in the other places there were luxury shops, here was the extreme. We cross until we reach the bay and observe the light show with sound that is offered between the LV and Apple stores that are floating in the corners of the mall. Lights and lasers dance to the rhythm of the music that we hear like from the pirates of the caribbean, a Las Vegas show. Rains were predicted that fortunately did not arrive and allowed a formidable display.
The restaurant turned out to be one of Chinese food, really Chinese. With round tables, a huge menu with photographs of all the dishes and all of them with the animal showing itself fully. Around us, all Chinese. The government charges $150 for Singapore residents to enter. With this they prevent the local population from falling into gambling. All tourists are welcome, with a passport of course. We didn't play that night. We walked back as if nothing had happened.
In the morning, running again across the bay at a slightly faster pace. A while to the gym that was full and to have breakfast in a large buffet. At 9 o'clock, Mark was already waiting for us, who would be our guide for that day. A three-generation Singaporean, with Chinese ancestry. The minivan was driven by another local of Indian descent who had the van disguised as Manchester United. "You can't tell me anything," he told me in broken Spanish, after the embarrassing 7-0 loss to Liverpool. On the way to the botanical garden, Mark began enunciating the many reasons why Singapore has become what it is in less than 50 years.
First of all, explain the reason why you were separated from Malaysia. Singapore tolerated all three religions of its people, while the Malaysian government demanded allegiance to the Muslim religion. Lee Kuan Yew, it was clear to him, it had to be a tolerant, educated government, free of corruption and open to trade and foreign investment.
The official language was changed to English. So from then on, it doesn't matter if you were Malay, Chinese or Indian (the three main races), you had to speak English. This promoted tolerance and avoided many conflicts. Today Muslims, Buddhists and Hindus coexist as if nothing had happened and we see that the primary school children are holding hands, listening to their teacher speaking English. In the Sultan Mosque there is an advertisement wishing "Merry Christmas". The speeches are always looking for tolerance and inclusion of all. Just like 4T!
He established and imposed severe punishments for those who broke the law. Throwing a piece of paper or writing graffiti earned you a USD 300 fine and if you repeat the offense, you were also forced to sweep the streets in a colorful uniform. With a heavy hand, whipping and even the death penalty for drug dealers. Even more severe for public officials. Some of them preferred suicide when caught. At the same time and against the weight, extremely high salaries were awarded. A minister earns just over a million and a half dollars a year and legally more than the President of the United States. To be a member of the government or the party, it is essential to be highly prepared for the role. In fact, the government selects the best students and invites them to participate, but always based on merit. Just like 4T!
It opened the doors to international trade and invited all foreign investment. He invested in ports and airports, reduced tariffs, installed industrial parks for the arrival of factories, promoted clear rules for private property. Today Singapore is the "Switzerland of Asia" and the banking center of the continent; the second busiest port in the world and continues to attract investment with its 5 million inhabitants in a space of more or less 45 kilometers x 25 kilometers in area and without any natural resources. Even the water is imported. Just like 4T!
I can't help but be envious of how they went from being a third world country to a first world country in less than 40 years. Clearly, a leader with a strong hand was needed, but above all a statesman with a clear vision of the future and directed towards modernity. My dream of the perfect dictator seems to be a reality. How much time and opportunities have we wasted as Mexicans to take that big step?
The tour among orchids was beautiful. The garden was meticulously arranged by a parade of gardeners, who look more like stylists in a French aesthetic. There was a terrace with trees in honor of distinguished visitors such as presidents, ministers and first ladies, who have a tree named after them. As if that were not enough, a greenhouse with controlled temperature and humidity to keep grafted orchids, five petals of the original and one more of the graft, this one always larger and mottled.
Then we went to the Turkish quarter. Jokingly, Mark told us that there is also a “Little Mexico”, with a couple of cantinas with scrambled murals of Mayan and Aztec gods, being the first bars in the area. A neighborhood that tells us that at night it becomes lively. In the streets there are Turkish bars and cafes, which in the morning are dedicated to selling typical Arab sweets. In the middle of the area is the mosque of the former Sultan who ruled the port of Singapore before English colonization. Still in operation.
Then to take the traditional photo with the "Merlion". A sculpture with the body of a mermaid and the face of a lion. According to legend, one of the founders mistook a tiger coming out of one of the ponds in the bay for a lion, and since then it has been the symbol of Singapore. The statue shoots a stream of water, where all the tourists try to do the "photoshoot" where it seems that they are drinking the water from the stream. The sculpture is small compared to the magnitude of Singapore and it would seem more like going to take a photo with the Manekin Pis in Brussels.
On the way to our next stop, which would be Chinatown, he told us that the government seeks to limit the use of cars, despite the fact that most are electric, since they try to improve air quality and mainly avoid traffic crowds. For this, a true possession of 100 to 150,000 dollars is imposed as a tax to acquire a car, plus its value. In addition, the streets that suffer from the greatest traffic jams have the possibility of making extra charges if you decide to drive through them. Most use public transport, which is very good, and choose to go around the avenues with extra fees. So it seems that the city does not have many cars.
This Chinese temple displays at its entrance protective warriors with the zodiacal symbols of the Chinese year. In what would be the church for Christians, a royal ceremony was taking place. Approximately ten Buddhist monks sang hymns to the chorus sung by the faithful, all women dressed in black. They had a little book that I guess was the lyrics of the song. When leaving the temple, as in all, there was a stall selling fruit, incense and other offerings to the gods. These business opportunities are never wasted.
This ended the cultural history tour of Singapore. They dropped us off at the Ritz Carlton and we went straight to the Bay Sands for lunch. Although it seems incredible, in the "food court" there was not a single restaurant that did not sell oriental food. We stop at the tea room and prefer to carry out the tradition of some sandwiches and tea.
After all, Singapore is also made up of Westerners. On tours, we saw that they were performing the Broadway play, Frozen at the downtown theater for a limited time and only venue in Asia. We decided to buy the tickets to see it the next day.
In the morning I decided to change the route and take the original F1 circuit. I wasn't going at the speed of Checo, nor was Verstappen chasing me, but I felt a different feeling going in the center of the street circuit track and that it runs at night. The pit area is right in front of the golf course and for the 2023 circuit, they removed 4 curves, almost at right angles, which are in front of the hotel and which already have grandstands installed to give the race more speed.
We arrived on time at the theater, which was packed with parents in their thirties with daughters between two and five years old, many of them dressed as one of the two princesses in the play. There were no boys, only girls. But there were no adults either, except for the parents of the girls, those who attended the theater and the two of us. It was a joy to see the admiring faces of the children who at all times believed they were seeing the princess in person.
We didn't have dinner, as we only ordered sandwiches inside the theater, while we discussed how difficult the profession of a theater actor must be. They act and dance and sing and sing and dance well, and remain complete strangers. Even the stars of the play, imagine now, the chorus dancer coming out the back. But like many of these careers, the vocation is greater.
In the morning we took a taxi that took us to terminal 4, which is a recent construction. A proud Singaporean, he told us that to be a taxi driver you have to be originally from Singapore. Unlike the rest of the world, where the taxi driver is generally an immigrant from Pakistan, Bangladesh, Angola, Mali or Bolivia, to give a few examples. We passed the complex of apartment buildings where he lives, and with equal pride he told us that the government gives out a 99-year loan so everyone can have their own home. Private ownership encourages care of the building, and even those that are 30 years old, look impeccable. He is proud of his government, he accepts that in this day and age it would be more difficult to implement the same reforms or with the same rigor that Lee implemented 60 years ago. Today the minister is a son or descendant of the original and maintains the same vision of state. An exemplary first world state.
We say goodbye to a place that contrasts with its surroundings. Orderly, tolerant, visionary, rigid, clean, powerful and spectacular. A state that I envy and dream for Mexico. I understand that in such a small place and with less than 6 million people, it's easier to impose those changes, but that doesn't mean you can't, if you want to. A place you can easily return to.
Heading to our last stop: Ho Chi Min!